Era un muelle en invierno, hacía frío. Y mientras se frotaba las manos con resignación, se preguntó por los menos de cuatro formas diferentes el por qué había saltado de la cama, a las dos de la mañana, con la convicción de que su esposo estaba apunto de cometer la peor de sus locuras. Quizás era instinto femenino o la nada despreciable deducción lógica en base a un centenar de antecedentes diarios. “O tanto lo conozco que...”, detuvo la frase antes de pronunciarla. No quería llegar a ese punto, no a estas horas al menos.
Volvió a su mortal presentimiento y saco de su bolsillo la hoja, lo último que había escrito el autor antes de salir hace unas cuantas horas.
Un presentimiento la atrapa desde la cintura, voltea. Lo vio con la mirada perdida y lleno de esa cosa suya que parecía hacerlo resaltar de cualquier manera. “Y pensar que alguna vez lo quise tanto por eso”, murmuró contra su voluntad. Por un momento sintió que lo amaba, pero..
- Oh, Azarel mía, llévame a tus lunas de cartílago – invitaba el autor a una forma inexistente – bailaremos el tango de la tierra y si quieres inventamos una canción nueva...
Pero al oírlo parlar sus mundos incompresibles, le afloró la razón que tanto la instaba a detestar a ese hombre. Y frunció el ceño y su corazón desnudo emergió a la superficie con las heridas sin cicatrizar. “Pudimos haber sido tan felices, ¡Idiota!, no necesitabas ser un escritor fantástico para ganarte mi amor, ya lo tenias...” , pensó con dolor, casi lloró.
Avanzó hacía él insegura y aún rabiosa. “Y bien, ya estoy aquí ...¿Y ahora qué se supone que tengo que hacer? Darle un beso en la frente y aquí no ha pasado nada, ¡ Y qué! Fingir que soy una musa imaginaria y vivir con él en su empresa despiadada...No sé que hacer con esto”, Alegó con gran energía, lo detestaba hasta lo más profundo, pero así también lo quería con una potencia ciega e irracional. “Es mi autor”, dijo a media voz con un matiz sentimental inescrutable.
Todos los años de compañía se reducían a eso. “Es mío”, repitió con vergüenza, “Malo, bueno u inclusive loco, es mío. Me pertenece, soy la única que lo comprende”. Si darse cuenta ya estaba al lado del autor y él la miraba con la atención puesta en otro mundo.
- Esperaba que vinieras – dijo simplemente.
- La editorial ha llamado en la tarde, dicen que van a considerar tu última entrega – mintió ella – sólo quería que lo supieras.
- Eso es mentira. – replico él sin apuro.
- ¿Vienes conmigo a casa? – inquirió ella falsamente distraída
- No sé, ¿Debería?
- Tienes escribir en tu diario, ¿No es así?
Esa noche caminaron de la mano por entre la niebla.
Nadie les volvió a ver.
Posdata: Le dedico este final alternativo a la Conata! xd! y bueno, espero q nos vayamos luego a guanchimingolandia, porque ... ¬¬ quiero una lindas vacaciones! en fin... suerte a la mayoria!
Volvió a su mortal presentimiento y saco de su bolsillo la hoja, lo último que había escrito el autor antes de salir hace unas cuantas horas.
Un presentimiento la atrapa desde la cintura, voltea. Lo vio con la mirada perdida y lleno de esa cosa suya que parecía hacerlo resaltar de cualquier manera. “Y pensar que alguna vez lo quise tanto por eso”, murmuró contra su voluntad. Por un momento sintió que lo amaba, pero..
- Oh, Azarel mía, llévame a tus lunas de cartílago – invitaba el autor a una forma inexistente – bailaremos el tango de la tierra y si quieres inventamos una canción nueva...
Pero al oírlo parlar sus mundos incompresibles, le afloró la razón que tanto la instaba a detestar a ese hombre. Y frunció el ceño y su corazón desnudo emergió a la superficie con las heridas sin cicatrizar. “Pudimos haber sido tan felices, ¡Idiota!, no necesitabas ser un escritor fantástico para ganarte mi amor, ya lo tenias...” , pensó con dolor, casi lloró.
Avanzó hacía él insegura y aún rabiosa. “Y bien, ya estoy aquí ...¿Y ahora qué se supone que tengo que hacer? Darle un beso en la frente y aquí no ha pasado nada, ¡ Y qué! Fingir que soy una musa imaginaria y vivir con él en su empresa despiadada...No sé que hacer con esto”, Alegó con gran energía, lo detestaba hasta lo más profundo, pero así también lo quería con una potencia ciega e irracional. “Es mi autor”, dijo a media voz con un matiz sentimental inescrutable.
Todos los años de compañía se reducían a eso. “Es mío”, repitió con vergüenza, “Malo, bueno u inclusive loco, es mío. Me pertenece, soy la única que lo comprende”. Si darse cuenta ya estaba al lado del autor y él la miraba con la atención puesta en otro mundo.
- Esperaba que vinieras – dijo simplemente.
- La editorial ha llamado en la tarde, dicen que van a considerar tu última entrega – mintió ella – sólo quería que lo supieras.
- Eso es mentira. – replico él sin apuro.
- ¿Vienes conmigo a casa? – inquirió ella falsamente distraída
- No sé, ¿Debería?
- Tienes escribir en tu diario, ¿No es así?
Esa noche caminaron de la mano por entre la niebla.
Nadie les volvió a ver.
Posdata: Le dedico este final alternativo a la Conata! xd! y bueno, espero q nos vayamos luego a guanchimingolandia, porque ... ¬¬ quiero una lindas vacaciones! en fin... suerte a la mayoria!