domingo, septiembre 10, 2006

Lo sabido: el pecado de la omnisciencia.

Y bien, antes de derramar lo que sea, anuncio que explicación no voy a dar ninguna. Es más, me dirigiré a un lector lejano en una tierra cercana y a entendedores ilusos de ideas extrañas.
Y dice así:
Tengo una fatal noticia.
Se me quiebran los sentidos recordar en estos momentos los hechos claros y precisos, porque no existe nada tan tremendo en mi memoria, que me obligue a descender sin pausa hacía sombras austeras y maliciosas. Nada, repito, que tenga la facultad de destruir tanto bien como negrura en la bóveda cerrada de mi sentir.
Sí, ha muerto.
Y lo digo con simpleza, porque no reacciono aún. Me es una realidad de cuento, pero también no lo es. Lo sé, y quizás siempre lo supe, no obstante, me reniego con una tozudez emocional incontenible a creerlo.
Ella ya no existe.
Se borrará de los templos de Roma, arderá en fuego y fallecerá mil veces en cruces sangrantes y clavos que yo mismo me encargaré de martillar con desconsuelo y rabia.
Sí, adivinan con exactitud, yo la he matado o la mataré en breve. (Cosa de tiempo o de ganas de escribir)
Y he disfrutado hacerlo. Era simplemente un acto de supervivencia , o la borraba con temple del escenario o mi alma entera sucumbiría corrompida a males de amor insoportables.
Fue así que con la decisión en mi mano, la eliminé de mi mundo literario con soberanía absoluta.
Y di el ardor a una religión nueva, donde su figura es despreciable y se le escupe como a una peste medieval mortal e injusta.
En eso estoy ahora, con el afán de conseguir sobrevivir a la autodestrucción de todo y después, a pesar de todo, tener la fuerza suficiente de rehacerlo todo de nuevo con mayor genialidad.
Sí, a ti te lo digo y aunque no te interese nada o nunca lo leas, has dejado de ser dueña de los epígrafes y las líneas. Te repudio como musa, te maldigo en vena de tinta y te bendigo en carne.
Púdrete en la prosa, que por lo menos de mi mano sólo saldrá negrura al aullar tu nombre. Soy tu enemigo declarado en Dios y todas las leyes. Mi única alegría es tenerte lejos y tu infelicidad me llena de regocijo.
Aún no te detesto, pero ruego que pronto así lo sea.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr.Gózalo!
Ta mu wenu esto, aunke nu por esu dja de ser un texto mu fuerte en lo sentimental...
Nada + ke decir...Mu, pro mu wenu...
Salu2 pa' ud...Kuidec ato y ns stams viendo...
Abrx y bsito...
AioZ!

Anónimo dijo...

ummm
texto raro
pero de todos modos disfrute leyendolo ^^
me encanto el que me mandaste
muy lindo!!
cuidate hermanito
te kiero montones!!!
TTauz
"nO hay sombra sin luz"

Anónimo dijo...

Esto lo escribes por alguna situación personal tal vés?
o por el simple hecho de escribir algo?
sigue escribiendo, llegarás muy lejos
atentamente
Eduardo Cavieres

: ) dijo...

Interesante como siempre !